Por la época en que ella inició la terapia,8 su relación con Stuart iba por el sexto año y aún conservaba
todo su vigor, aunque no marchara bien. Catherine no podía resistirse a él, aunque la
trataba mal y la enfurecía con sus mentiras, sus manipulaciones y sus promesas rotas.Varios meses antes de su entrevista con el, Catherine había
sufrido una operación quirúrgica de las cuerdas vocales, afectadas por un nódulo
benigno. Ya estaba ansiosa antes de la operación, pero al despertar, en la sala de
recuperación, se encontraba absolutamente aterrorizada.El personal de enfermería se
esforzó horas enteras por calmarla.Después de reponerse en el hospital, buscó al
doctor Edward Poole. Ed era un bondadoso pediatra a quien Catherine había conocido
mientras trabajaba en el hospital. Entre ambos surgió un entendimiento instantáneo,
que se fue convirtiendo en estrecha amistad. Catherine habló francamente con Ed; le
contó sus temores, su relación con Stuart y su sensación de estar perdiendo el
control de su vida. Él insistió en que pidiera una entrevista el, personalmente, no con
alguno de mis asociados.Cuando Ed la llamó para ponerme al tanto de ese consejo,
agregó que, por algún motivo, le parecía que sólo el podía comprender de verdad a
Catherine, aunque los otros psiquiatras también tenían una excelente preparación y
eran terapeutas capacitados. Sin embargo, Catherine no lo llamo . Pasaron ocho semanas. Como el trabajo de jefe del
departamento de Psiquiatría me absorbe mucho, olvido la llamada de Ed. Los miedos y las
fobias de Catherine empeoraban. El doctor Frank Acker, jefe de Cirugía, la
conocía superficialmente desde hacía años y solía bromear con ella cuando visitaba el
laboratorio donde trabajaba. Él había notado su desdicha de los últimos tiempos y percibido
su tensión. Aunque había querido decirle algo en varias oportunidades, vacilaba. Una
tarde, mientras iba en su coche a un hospital apartado donde debía dar una
conferencia, vio a Catherine, que volvía en su propio automóvil a casa, cercana a ese pequeño
hospital. Siguiendo un impulso, le indicó por señas que se hiciera a un lado de la
carretera. y le dijo —Quiero que hables ahora mismo con el doctor Weiss —le gritó
por la ventanilla—. Sin demora.
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