miércoles, 26 de marzo de 2014

MUCHAS VIDAS,MUCHOS MAESTROS ADELANTO/26/03/2014

Aunque los cirujanos suelen actuar impulsiva mente, al mismo Frank le sorprendió su rotundidad.Los ataques de pánico y la ansiedad de Catherine iban siendo más frecuentes y duraban más. Empezó a sufrir dos pesadillas recurrentes. En una, un puente se derrumbaba mientras ella lo cruzaba al volante de su automóvil. El vehículo se hundía en el agua y ella quedaba atrapada, ahogándose. En el segundo sueño se encontraba encerrada en un cuarto totalmente oscuro, donde tropezaba y caía sobre las cosas, sin
lograr hallar una salida.Por fin, fue a verlo.Durante la primera sesión con Catherine el no tenía la menor idea de que su vida estaba a punto de trastrocarse por completo, de que esa mujer asustada y confundida,
sentada frente al  escritorio, sería el catalizador, ni de que el jamás volvería a ser el mismo. Pasaron dieciocho meses de psicoterapia intensiva; Catherine iba  a verlo una o dos veces por semana. Era buena paciente: verbalmente expresiva, capaz de penetrar en lo psíquico y muy deseosa de mejorar. En ese tiempo exploramos sus sentimientos, sus ideas y sus sueños. El hecho de que supiera reconocer los patrones de conducta recurrentes le proporcionaba penetración y entendimiento. Recordó muchos otros detalles importantes de su pasado, tales como las ausencias de su padre, que era marino mercante, y sus ocasionales arrebatos violentos después de beber en exceso. Comprendía mucho mejor sus relaciones turbulentas con Stuart y expresaba el enojo de manera más apropiada. En su opinión, por entonces debería haber mejorado mucho. Los pacientes mejoran casi siempre cuando recuerdan influencias desagradables de su pasado, cuando aprenden a reconocer y corregir patrones de conducta inadaptada y cuando desarrollan la capacidad de ver sus problemas desde una perspectiva más amplia y objetiva. Pero Catherine no había mejorado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario